Por Thalía Fuentes Puebla
Casi 30 años lleva el grupo canadiense Lussier en Cuba con sus dos empresas: Terracam y Nova Terr. Líderes en la compra-venta y rehabilitación de vehículos pesados y sus piezas y accesorios, llegaron a la Feria Internacional de La Habana (Fihav 2023) para estrechar vínculos comerciales con clientes cubanos.
“Es una empresa familiar que lleva más de 55 años en el mercado canadiense: somos la tercera generación. Nos dedicamos fundamentalmente a la rama del transporte”, contó a Qva en Directo Nancy Lussier, directora general del grupo.
Son muchos los modelos de coproducción que tienen actualmente con la industria cubana para ensamblar en el país triciclos, motorinas y cuadriciclos eléctricos. Su objetivo a largo plazo, según Lussier, es también producir los componentes en la Mayor de las Antillas. Así se reduce la ficha de costo de cada uno de esos medios de transporte.
“Vamos paso por paso. Hace varios años que coproducimos con las fábricas cubanas y nos va muy bien. Aspiramos seguir integrándonos con diferentes industrias cubanas”, aseguró la empresaria.
Dentro de su cartera de productos tienen también bicicletas mecánicas y con asistencia eléctrica y han ensamblado varios semirremolques. Trabajan en el país directamente con la Empresa de Equipos y Aplicaciones Narciso López Roselló, la Empresa Industrial Ángel Villarreal Bravo MINERVA y con la Empresa Industrial Ramón Peña.
“Nuestro primer mercado ha sido el cubano. Todo lo que hemos producido ha tenido una alta demanda nacional. En una segunda etapa queremos reexportar desde Cuba a otros países”.
En Canadá, según Lussier, tienen problemas con la mano de obra, al contrario de Cuba. Poseen una tecnología muy desarrollada pero no pueden suplir la demanda nacional o la de mercados más cercanos como los países del Caribe y América Latina.
“Ensamblar en Cuba, donde hay una fuerza laboral muy educada y profesional, nos permite el crecimiento de nuestra propia empresa, que hoy se ve limitado por esta falta de personal calificado”, refirió la canadiense y destacó que este intercambio es positivo para ambas partes.
“Nos va a permitir a las empresas canadienses lograr una mejor incorporación en los mercados más cercanos, ayudar a las industrias cubanas con las que coproducimos y reexportar a la zona después del ensamblaje en Cuba”.
Nancy Lussier agregó que participar en una feria de este tipo es imprescindible después de la pandemia para retomar los intercambios comerciales. “Después de Fihav podemos replantearnos nuestras perspectivas porque Cuba tiene una economía en la que hay que estar al tanto de cada oportunidad para lograr mantenerse con creatividad en el mercado”.
El grupo Lussier, añadió, ha cambiado su modelo de negocios si lo compara con el de hace 30 años cuando llegaron al país. “Lo que estamos haciendo hoy es totalmente diferente. Cada vez intentamos incorporar un poco más a Cuba en la cadena de valor. Eso es lo más importante”.
La premisa es hacer más y en ese empeño han diversificado sus producciones en otros sectores como los productos químicos y medicamentos.
“Las empresas cubanas representan socios importantes para nuestro grupo. Exportamos a 30 países, pero Cuba es nuestro mercado principal”, recontó la canadiense.
Lussier comentó que lo importante es que vean cómo pueden, realmente, incorporar al país en la cadena de valor del mercado.
“Hay que mantener la visión y buscar maneras para producir las materias primas aquí, que es más factible que importarlas o traer un producto terminado. Hay que abrirse y pensar en cómo contribuir al crecimiento de Cuba. Además, hay que estar conscientes de que este es un mercado que se ve a largo plazo. Es necesario entenderlo y tener los objetivos claros. Nosotros lo hemos hecho a lo largo de los años y sabemos que esta integración es parte de una solución global”.