Desde la confirmación de los tres primeros casos confirmados de COVID-19 en Cuba, el 11 de marzo de 2020, el país ha sufrido altos y bajos en el control de esta epidemia global.

En más de un año de confinamientos, distanciamiento social, el uso de grandes cantidades de soluciones hidroalcohólicas y la inseparable mascarilla o nasobuco, el mundo se ha visto obligado a cambiar el modo de vivir y relacionarse.

A pesar de los esfuerzos del gobierno y las constantes medidas de control de la pandemia del SARS-CoV-2, las cifras son un motivo de alarma para el panorama nacional.

El mes de mayo cerró con 34 mil 644 pacientes positivos al coronavirus y 304 personas fallecidas, según informó el director de Epidemiología del Ministerio de Salud Pública, Francisco Durán García, en la habitual conferencia de prensa.

La cantidad de contagios en este período supera en cinco mil a los de abril, lo que convierte a este mes en el de peor situación epidemiológica desde el inicio de la epidemia el pasado año.

El Dr. Durán García informó en el parte del cierre del 30 de mayo, que hasta el momento, 861 mil 599 voluntarios cuentan al menos con una dosis de los candidatos vacunales Soberana 02 y Abdala.

No obstante, ello no debe constituir un motivo de confianza y relajación a la hora de cumplir las medidas higiénico-sanitarias.

La COVID-19 sigue siendo un peligro invisible, los 34 mil 644 casos confirmados de mayo son una prueba de esto.

Mantener la responsabilidad ciudadana y seguir estrictamente las orientaciones dadas por las autoridades y organismos capacitados en el tema, constituye una constante a seguir en estos tiempos.

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