Hoy al fin ha llegado el día, qué casualidad, es 20 de mayo, día de la República como diría mi abuelo, uno de esos mambises jóvenes que en la guerra del 95 vieron correr la sangre por la Patria. Para muchos una fecha falsa, para otros carente de significado o intrascendente. Hoy, tras meses de espera nuevamente puedo viajar. Dejando zanjados mis asuntos en casa voy al aeropuerto cumpliendo todas las medidas de seguridad como establecen los protocolos.

Confirmo el boleto y con el tiket de embarque me dirijo a cambiar los pesos cubanos por los 300 dólares que permite el recambio de CADECA. ¿Qué raro? No hay colas. ¿Qué raro? No hay casi nadie. ¿Qué es esto? Un cartel me anuncia que no podré cambiar MIS PESOS por dólares.

¿Desde Cuándo? Pregunto.

Un funcionario a la sazón me contesta tajante:

Desde hoy.

No tiene caso preguntar más, quejarse u opinar pues nadie ha de responder o empatizar conmigo.

Helado, con los billetes en la mano soy Hamlet, cambiar o no cambiar. He ahí la cuestión. Me llamo a capítulo y dándome cuenta que no hay cuestión alguna, voy a Facebook, la solución a todos los problemas del mundo moderno. Allí veo que cómo yo muchas personas se han enterado y en estado de shock expresan su descontento.

¿Qué hacer con estos papeles de colores llenos de ceros que me dio un cajero apenas ayer? Sacarlos del país es ilegal, por cuestiones sanitarias nadie me acompaña y no puedo regresarlos a casa, no veo ningún cajero que me permita depositarlos. Empiezo a valorar otras opciones… Hay latones cerca, dónde voy no me sirven de nada. ¡Ah Las tiendas ¡Compraré¡ Mi maleta está vacía. Como una señal de pare las tiendas anuncian su venta en USD.

Desalentado y sin nada en los bolsillos que me represente en el mundo real me re…signo a esperar mi vuelo y rezo porque la caridad de mis compañeros de beca me permita subsistir hasta el primer pago. Pues el fruto de mi trabajo ha quedado dentro de un sobre en un asiento con la esperanza de que alguien a quien pueda ayudar lo encuentre.

¿Cómo viajar y no perecer en el intento?

Desde la tarde noche del 19 de mayo surgió la polémica. Cientos de personas han mostrado su desacuerdo con la medida anunciada en las redes sociales de CADECA. Sin previo aviso, en cuestión de horas, bajo el imperativo de que, debido al déficit de divisas en el país, las CADECAS del aeropuerto dejaron de ofrecer el servicio de recambio.

Es cierta la situación del país y el déficit acuciante de moneda fuerte con qué hacer frente al alto volumen de importaciones necesarias. Pero medidas como estas resultan ideas felices que más que consciencia y un llamado a la unidad, llevan al cuestionamiento sobre el respeto a la inteligencia de ese sector de la población que puede acceder a los viajes sea cual sea el motivo. El cubano no se lleva los pesos como souvenir a otro país como puede hacer cualquier visitante extranjero.

Es más que evidente la necesidad que tiene el país de moneda fuerte, pero es necesario, como en el ajedrez pensar cada posible movimiento, colocarse en la piel de los cubanos de aquí y los que desde fuera del país financian los viajes de sus familiares pagando altos costos de documentación, boletos y equipaje. Hay que pensar en el científico que haciendo acopio de los ingresos propios y los que de buena voluntad se le han prestado esperaba poder cambiar en el aeropuerto, único lugar donde se podía realizar esta actividad, pues es común recibir la respuesta de ¨no hay divisas¨ en los bancos.

Por estos días el precio del Dólar alcanza cifras récord en el mercado negro cubano

¿QUÉ HACE EL CUBANO PARA VIAJAR? ¿Dónde logra cambiar sus pesos por moneda fuerte? Qué opción ha quedado que no conlleve a incurrir en delito al comprar los dólares en el mercado negro a exorbitantes precios como los alcanzados ayer, de 60 CUP, y subiendo luego de anunciada esta medida. Debe pensarse en la reacción del que envía remesas, del familiar que queriendo ayudar a los suyos pensaba invertir en el país. ¿Qué garantías recibe? Si ya ni a los 300 dólares de recambio puede acceder.

Muchos han tomado la determinación de sacar su dinero del país o limitar el flujo del mismo. Se busca ingresar moneda fuerte a nuestra economía, no un estancamiento que frene su crecimiento. Todo crecimiento lleva implícito un intercambio, un movimiento e inversión por pequeña que esta sea.

Nuestra economía la construimos todos, y si un peso ganado por un cubano fuera del país se invierte en la Isla de manera adecuada, este crecerá y aunque centavos aportara, de centavo en centavo cada quien haría lo que le corresponde construyendo una Cuba próspera.

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