Un estudio realizado por científicos de la Escuela Politécnica Federal de Zúrich, Suiza, dirigidos por Martin Fussenegger, descubrió que canciones de rock como el emblemático tema de Queen, We Will Rock You, ayudaría a liberar células productoras de insulina, lo que podría ser una excelente noticia para pacientes con diabetes.
Sobre el tema abordó la revista médica británica Lancet, explicando cómo esta y otras canciones constituyen un avance sobre las posibles soluciones para producir y administrar insulina directamente en el cuerpo a través de la música.
En el estudio se explica cómo los científicos tomaron una proteína de la bacteria E. coli e incorporaron el modelo a células humanas productoras de insulina.
De acuerdo a los resultados ofrecidos por los científicos, este canal se activa en respuesta al sonido.
Cabe destacar que los niveles de volumen deben situarse en torno a los 60 decibelios (dB) con las frecuencias graves de 50 hercios.
Solo así se podrá conseguir la liberación de la insulina que contienen las células.
Especificaron que para desencadenar la liberación máxima de insulina, la música debía continuar durante un mínimo de tres segundos y pausarse máximo a los cinco segundos.
Por qué el rock
Los expertos analizaron diversos géneros musicales para determinar cuál era el más efectivo para provocar la liberación de la insulina.
Llegaron a la conclusión de que la música rock con bajos potentes, como es el caso de We Will Rock You, es la mejor para liberar células de insulina.
En resultados le siguió la banda sonora de la película de acción Los Vengadores.
También, descartaron el uso de la música clásica y la música de guitarra, que registraron una respuesta de insulina bastante débil.
Aclararon además que para que se produzca la liberación de la insulina, el implante incorporado en la persona debe estar en contacto directo con la fuente del sonido.
Pero la aplicación clínica aún está muy lejos.
Los investigadores han demostrado que las redes genéticas pueden controlarse mediante estímulos mecánicos como las ondas sonoras.
Sin embargo, su aplicación práctica depende de que una empresa farmacéutica esté interesada en hacerlo.
Finalmente, los científicos señalan que este hallazgo podría aplicarse ampliamente.
El sistema funciona no solo con insulina, sino con cualquier proteína que se preste a un uso terapéutico, detallaron.