Por: Fidel Díaz Castro desde su perfil Eldiablo Díaz
Sobre los precios en el Jalisco Park para hijos de millonarios de Jalisco.
Un amigo comenta que esos son más o menos los precios actuales.
Intento meditar sobre las diferencias.
Un restaurante, cafetería, con esos precios están mal igual, pero no se trata de un parque infantil.
Yo no; pocas veces llevé a mis hijos a parques, me iba -me voy- a jugar pelota con ellos, a pescar, al campo, incluso al cementerio de Colón, interesantísimo y sirve para hablar de muchos temas con los niños.
En fin, siempre prioricé la imaginación, la naturaleza, el juego natural y el conocimiento.
Jamás fui a Jalisco Park a pesar de la canción de Varela.
Ahora, es jodido que unos padres vayan con sus niños y no puedan comprarles nada. Y que compartan el espacio con otros comiéndose digamos una flamante pizza Trompoloco de mil pesos.
Y que te digan: ¡papi, papi yo quiero pizza!
Y tú en tu rabia: Mira muchachiiiito, cállate, que te voy a sonar un pescozón como vuelvas con el antojito. Jjjaaaaa
Yo no, (y cuando digo “yo” debería decir “ella” (la madre y yo) porque nosotros tuvimos unas extrañas maneras psicológicas-filosóficas de interactuar con los hijos que casi había que obligarlos para que aceptaran una golosina.
Una anécdota: Todos los días recogía a Amalia de la escuela primaria. Tendría 7 u 8 años.
Pasábamos por la panadería y le compraba algún dulcecillo (de los humildes de entonces).
Una vez salimos directo para casa (más por apurado que por escachado).
Me dice Amalia:
-Papi ¿y la panadería?
-Mamita, todos los días no se puede estar comprando dulces.
No somos millonarios.
-Ni queremos serlo tampoco.
Fue la más deslumbrante respuesta que he escuchado en mi vida.
Ni Rosa de Luxemburgo habría tenido esa capacidad de síntesis.
Ya sé, anormales, esos hijos, pero ahí están plenos y desenvueltos en trajines universitarios.
Así que me cago en Jalisco Park y sé con qué canciones quiero hacer revolución.