Cuba amanece hoy con un total 547 de casos confirmados con la Covid-19; tal parece que la gráfica que muestra nuestras cifras no descenderá. Lamentamos, además, la pérdida de dos vidas humanas, ambas personas pertenecían a la provincia santiaguera.
Este enero nos ha traído varias sorpresas -nada buenas- aumento de casos activos en la Isla y de sospechosos, incremento del número de fallecidos por el coronavirus y un récord tras otros en la cantidad de casos confirmados.
Cada jornada el Doctor Francisco Durán, además del parte oficial, nos comenta la importancia de la protección, del aislamiento, de la disciplina … entendemos obviar las indicaciones.
¿Qué quedará? Pues, a la espera de una mejoría; pero no ha de ser una espera sin tomar riendas en el asunto, se debe ser más consciente. Los enfermos, los que ahí padecen, son nuestros abuelos y padres, compañeros, amigos, colegas, nuestros hijos e hijas.
Los adultos mayores constituyen un grupo de alto riesgo, no obstante, los más pequeños de casa pueden contraer el coronavirus. Nadie está exento de riesgo, todos somos posibles portadores.
En la más reciente conferencia de prensa, el Doctor Durán mostró su preocupación respecto a los tantos infantes que están en las calles sin control alguno. «Cerraron las escuelas, pero hay niños jugando, incumpliendo el distanciamiento social y las medidas higiénico-sanitarias», dijo el epidemiólogo.
Las escuelas de los 34 municipios declarados en fase autóctona cesaron sus actividades docentes; incluso antes de este cierre algunos padres decidieron dejar a sus hijos en casa previendo el rebrote de la enfermedad. No podemos juzgar esta actitud, la preocupación y el miedo ante la Covid-19 fueron los planteamientos determinantes en la toma de esta decisión.
Si ya los niños no deben ir a la escuela, ¿qué hacen en las calles? Pero no son solamente los pequeños, sino toda la población quienes incumplimos lo establecido. Jóvenes en las calles a deshoras, fiestas privadas, viajeros irresponsables.
Bastante tenemos ya con las colas del día a día, con las guaguas, con los centros de trabajo que son fuentes importantes de contagios. No sumemos leña al fuego. Repitamos la frase virilizada en marzo del 2020: ¡quédate en casa!
No es un día cualquiera
Hoy, 15 de enero, se celebra el Día de la Ciencia Cubana, que llegue las más sinceras felicitaciones a nuestros científicos, investigadores e innovadores; sobre todo a aquellos que, durante meses, han puesto sus esperanzas en una -o varias- vacunas cubanas.
Agradecemos a los que consagran su labor a hacer una Cuba más próspera desde el ámbito más aclamado por el mundo entero: las ciencias.
Nos unimos a las palabras del Dr. Francisco Durán: «ciencia también hacen nuestros profesionales de la salud salvando vidas». Durante casi ya el último año, la medicina cubana ha demostrado su temple, valía y fortaleza.
Sin embargo, la vacuna no llegará en este minuto, tampoco será el salvavidas inminente ni eliminará el dolor de las pérdidas; juntos y con disciplina podremos superar esta dura batalla que libera el mundo contra una letal enfermedad.