El sismo que sacudió a los países Turquía y Siria este lunes 6 de febrero tuvo una magnitud de 7,8 en la escala de Richter. Según expertos es el más fuerte que sucede desde 1939.
Después de los dos terremotos, está en marcha una carrera contrarreloj para rescatar el mayor número de personas que se encuentran bajo los escombros. Más de 5000 muertos, asciende a 20 mil el número de heridos y miles de personas continúan desaparecidas. Las temperaturas bajo cero, la nieve y la lluvia están obstaculizando los esfuerzos de búsqueda de sobrevivientes, a los que los rescatistas escuchan entre los escombros pedir ayuda a gritos.
“Están haciendo ruido pero no viene nadie”, dijo Deniz, mientras movía las manos con desesperación.
“Estamos devastados. Dios mío. Están gritando. Están diciendo ‘sálvanos’, pero no podemos salvarlos… No hay nadie”. De acuerdo con doctor Richard Edward Moon, de la Universidad de Duke y experto en cuidados intensivos, los rescatistas están compitiendo contra el tiempo por varios factores. “La falta de agua y oxígeno son barreras críticas para la supervivencia: cada adulto pierde hasta 1,2 litros de agua al día”, señaló el experto.
Lo que sabemos hasta el momento
Rusia envió asistencia a Siria y Turquía tras terremotos. El presidente de Rusia, Vladímir Putin, anunció este 6 de febrero el envío de ayuda a Siria y Turquía tras los devastadores sismos sufridos por ambas naciones.
Más de 7.700 personas murieron y decenas de miles resultaron heridas después de que un terremoto de magnitud 7,8 sacudiera Turquía y Siria el lunes, según las autoridades.
Miles de edificios colapsaron en ambos países y las agencias de ayuda están especialmente preocupadas por el noroeste de Siria, donde más de 4 millones de personas ya dependían de la asistencia humanitaria.
El sismo, uno de los más fuertes en la región en más de 100 años, se registró a 23 kilómetros (14,2 millas) al este de Nurdagi, en la provincia turca de Gaziantep, a una profundidad de 24,1 kilómetros (14,9 millas), dijo el Servicio Geológico de EE.UU.