Por: Javier Gómez Sánchez
La postura de la Revolución Cubana con la causa palestina, o por qué atacan a Mariela Castro.
En nombre de quienes dirigen el patronato de la Comunidad Hebrea de Cuba se ha emitido un mensaje contra Mariela Castro y sus pronunciamientos de solidaridad con el pueblo palestino ante el genocidio tecnificado que se está cometiendo contra este por parte del ejército de Israel y su gobierno.
Ella habló como “ciudadana del mundo”, ante el abuso que estamos viendo cada día, no desde los actos terribles y repudiables del 7 de octubre, sino desde hace décadas.
Los palestinos luchan con piedras, fusiles y granadas contra tanques, aviones, y misiles del ejército de Israel, que ha sido armado por Estados Unidos, cuyo gobierno además le brinda apoyo de con satélites y sistemas de espionaje, y les entrega más y más armamento y municiones.
El mismo gobierno de Estados Unidos que bloquea al pueblo cubano, incluyendo a los propios miembros de la comunidad hebrea, a todos los cubanos que tienen sangre judía y a sus familias, es el que ha brindado todo lo necesario al ejército de Israel para que aplaste al pueblo palestino.
No es la primera declaración que se emite por la dirección de la Comunidad, ya antes emitieron una contra el Ministerio de Relaciones Exteriores de Cuba, por el posicionamiento oficial en solidaridad con Palestina, sin dejar de rechazar los lamentables actos de terrorismo que han cobrado tantas víctimas.
El terrorismo no tiene justificación alguna, los cubanos lo hemos sufrido y lo conocemos bien. Cuba nunca ha apoyado ni el terrorismo ni el secuestro como métodos de lucha válidos para los movimientos revolucionarios que ha apoyado.

Comprender sin justificar
En el caso palestino, hay que intentar comprender, sin justificar, como jóvenes de ese pueblo han sido llevados por el odio y la desesperación a cometer actos tan crueles. ¿Qué puede hacer que una persona se inmole ella misma, usando su cuerpo con explosivos, de la manera en que se le ha visto hacer a palestinos en el pasado? Es el reflejo del odio y la crueldad a los que se les ha sometido desde niños durante generaciones.
Lejos están los días en que el Estado de Israel, entonces nuevo, despertaba la simpatía de los defensores de las causas justas. Ni Theodor Herzl, padre del Sionismo y de la idea de un Estado judío que fuera el hogar de una diáspora que había sufrido tanto, concibió la barbarie con que el ejército de Israel y una élite corrupta han manchado la otrora valiente causa de su pueblo.
El derecho del pueblo y del Estado de Israel a existir, no puede ser a costa del exterminio y el domino sobre otro pueblo, el palestino. Fue el imperialismo el que les permitió eso, y el haberse beneficiado a partir del colonialismo. Primero del colonialismo y el imperialismo británicos, el que con la Declaración Balfour en 1917, dio su beneplácito para que los judíos se asentaran en Palestina, a donde también tenían derecho a pertenecer por sus raíces históricas.
Los colonialistas británicos no lo hicieron por buenos, sino para sumar a los judíos a la Primera Guerra Mundial, y utilizarlos para manejar el territorio del Medio Oriente que le habían quitado al Imperio Otomano. El pueblo judío trabajó duramente en el pequeño espacio que se le concedió, incluyendo la hermosa experiencia socialista de los kibuz.
Tras la Segunda Guerra Mundial, y la retirada del colonialismo británico, los independentistas israelitas querían un Estado y lo proclamaron. En 1948 se le echaron encima los países árabes para aplastarlo.
Los israelitas, como nueva nacionalidad, lucharon valientemente, buscaron armas donde pudieron, apoyo en cualquier parte, y lo encontraron. Pero su victoria fue empañada por la Nakba, el proceso de despojo a los palestinos de casas, poblados, tierras de cultivo, rebaños, todo pasó a manos de los nuevos colonos de Israel.
El modesto pueblo palestino, tradicionalmente agricultor, y que nada tenía que ver con los gobiernos de Egipto, Siria o la monarquía de Jordania, fue empobrecido deliberadamente. Ahí comenzó la explotación económica de los palestinos por los israelitas. Hoy los palestinos hacen los trabajos duros en Israel, viven en Gaza, y tienen permisos para ir a trabajar al lado israelí, como trabajadores de segunda clase para mantener a sus familias. En Gaza no hay agua, mientras del lado de Israel se llenan las piscinas.
En 1967, con la Guerra de los Seis Días, se repitió la historia, ya para ese entonces el Estado de Israel se había convertido en un peón del imperialismo en el Medio Oriente, utilizado por Estados Unidos, Gran Bretaña y Francia.
Isarel salía más fuerte, Palestina más debil

Nuevamente los soldados de Israel lucharon con audacia e inteligencia, y vencieron. Supieron aprovechar bien las armas, los tanques y los aviones que los protectores les entregaron. Y una vez más, en 1973, con la guerra del Yom Kippur, pasó lo mismo.
De cada enfrentamiento, Israel salía más fuerte, con más armamento entregado sin costo alguno, por Estados Unidos, que finalmente se convirtió en su principal suministrador militar.
El Estado de Israel es producto de la extraña combinación de ingenio y laboriosidad de un pueblo disciplinado e inteligente, con el hecho de tener grandes patrocinadores (Estados Unidos, Gran Bretaña, Francia,) y a quien explotar (los palestinos), eso le permitió alcanzar un alto nivel de desarrollo y de bienestar.
Desarrollaron una industria armamentística, propia, y llegaron a tener armas nucleares, con el apoyo, no faltaba más, de Estados Unidos.
Nada de esto lo menciona la dirección de la Comunidad Hebrea de Cuba.
Sobre los actos de barbarie cometidos el 7 de octubre hay mucho que aclarar, como la Historia debe esclarecer los atentados a las Torres Gemelas, que justificaron la invasión estadounidense a Afganistán e Irak. ¿Por qué los ataques ocurrieron justo cuando el escándalo de corrupción, y el peligro de ser llevado a juicio estaba haciendo peligrar no solo a la figura de Benjamín Netanyahu, sino a toda la derecha política israelí?
Si Netanyahu caía, lo hacía toda una estructura política, la misma que más ha alentado y utilizado el conflicto para fanatizar, manipular y dominar a su propio pueblo. ¿Se habrá pronunciado la dirección e la Comunidad Hebrea de Cuba sobre la corrupción del presidente israelí? ¿Lo hizo cuando miles de ciudadanos de Israel se manifestaban en las calles contra ella?
La narrativa justificatoria que repiten de que la guerra no es entre Israel y Palestina, sino entre Israel y Hamás -con profundo arraigo, identidad y representación actual en el pueblo de Gaza, de donde salen sus combatientes- gran parte del mundo no se la traga.
¿Eran militantes de Hamás los más de 10 mil palestinos que ya han muerto e los bombardeos? ¿Para luchar contra una organización terrorista se arrasan manzanas enteras? ¿Cuándo con misiles, como ahora, derribaron edificios completos en 2021 también era buscando terroristas de Hamás? ¿A qué mente racional se le ocurre rescatar rehenes con bombardeos masivos?
Ya varios de ellos deben haber muerto por las decenas de miles de toneladas de bombas que Israel ha dejado caer sin importarle nada. La misma excusa se utilizó, por un solo soldado israelí secuestrado, para lanzar una guerra contra el Líbano, en 2008.
En la que, por cierto, el ejército de Israel no gozó del abuso con que ha atacado a Gaza, los libaneses combatieron con las armas que tenían ,que incluían artillería, especialmente la milicia Hezbolá, (otra organización considerada terrorista por Israel) que le dio golpes bastante duros (cualquiera diría que merecidos por abusadores).
Existen testimonios de altos mandos militares de Israel que señalan que Hamás fue impulsada y alentada por iniciativa israelí para debilitar a la Organización de Liberación de Palestina, de Yasir Arafat. Como mismo hicieron los estadounidenses con los muyahidines para usarlos contra la URSS.
Nada de esto se menciona por la dirección de la Comunidad Hebrea de Cuba.
Millones de cubanos comparten la solidaridad con Palestina. Muchos de ellos trabajan en el Estado, son parte activa de esta sociedad. Muchos cubanos de origen judío son parte de la Revolución, y trabajan por su país cada día. En estas semanas ha habido cientos de pronunciamiento de diversas personas y figuras públicas cubanas sobre lo que está ocurriendo en Gaza.
¿Por qué entonces atacar a una sola persona, a Mariela Castro? La declaración contra ella ocurre después de que su pronunciamiento al lado de la causa palestina fue intencionadamente utilizado por canales de televisión de Miami. No atacan a la persona, atacan lo que simboliza. Es la forma indirecta de atacar la posición histórica de la Revolución Cubana.
Mariela Castro es igual a solidaridad

Las declaraciones de Mariela Castro, que tanto molestaron a la dirección de la Comunidad Hebrea de Cuba, fueron emitidas en un acto en solidaridad con estudiantes palestinos en Cuba, realizado en la Universidad de La Habana. Sus palabras fueron: “No se puede seguir combatiendo tanques con piedras”.
Habló también Aleida Guevara, hija del Che Guevara, que dijo que se brindaba como médico para ayudar al pueblo palestino. Pero con el símbolo Che, y su valor para la lucha palestina, no se atrevieron.
La posición de Cuba ha sido clara históricamente, liderada por Fidel. La Revolución Cubana envió ayuda a los independentistas argelinos contra el colonialismo francés, apoya al pueblo saharaui frente a la ocupación marroquí, y ha brindado su solidaridad y amistad a Palestina. Tanquistas cubanos apoyaron a Siria en su esfuerzo por mantener las Alturas del Golán.
En la VI Cumbre del Movimiento de Países No alineados, en 1979, Fidel pronunció en su discurso: “Cito en primer término al sufrido y valeroso pueblo palestino. Ningún despojo más brutal de los derechos a la paz y existencia de un pueblo se ha cometido en este siglo. Entiéndase bien que no somos fanáticos.
El movimiento revolucionario se educó siempre en el odio a la discriminación racial y los pogromos de cualquier tipo, y desde el fondo de nuestras almas, repudiamos con todas nuestras fuerzas la despiadada persecución y el genocidio que en su tiempo desató el nazismo contra el pueblo hebreo.
Pero no puedo recordar nada más parecido en nuestra historia contemporánea que el desalojo, persecución y genocidio que hoy realizan el imperialismo y el sionismo contra el pueblo palestino.
Despojados de sus tierras, expulsados de su propia patria, dispersados por el mundo, perseguidos y asesinados, los heroicos palestinos constituyen un ejemplo impresionante de abnegación y patriotismo, y son el símbolo vivo del crimen más grande de nuestra época.
Todos los años el gobierno de Israel vota a favor del bloqueo a Cuba, año tras año, y varias veces, la mayoría de ellas, ha sido el único gobierno que ha apoyado en la ONU el bloqueo estadounidense contra el pueblo cubano. La última vez que lo hizo fue el pasado 2 de noviembre. ¿Ha emitido la dirección de la Comunidad Hebrea de Cuba un comunicado rechazando ese voto de Israel a favor del bloqueo contra el pueblo cubano cada año? ¿Lo emitió ahora?
Fue la cuidadosa gestión del gobierno cubano, en la acción personal de Raúl Castro la que supo manejar la delicada situación que se generó cuando la Comunidad Hebrea de Cuba fue utilizada para el trabajo subversivo del contratista estadounidense Alan Gross.
El pueblo cubano ha sabido luchar contra los holocaustos, no solo ha sido sensible ante el exterminio de los judíos en la Alemania Nazi, sino que fue capaz de ir a luchar contra el apartheid.
En cambio, el gobierno de Israel trabajaba con el régimen racista de Sudáfrica en el desarrollo de su aviación militar, con el avión con nombre Kfir para los israelitas y Cheetah para los sudafricanos.
También vendió fusiles Galil a la dictadura de Anastasio Somoza en Nicaragua para armarla contra la Revolución Sandinista.
¿Habrá rechazado alguna vez la dirección de la Comunidad Hebrea de Cuba la alianza de Israel con el imperialismo con la misma prestancia y decisión que lo hizo con Mariela Castro y el MINREX? ¿Cómo reaccionarían las asociaciones judías estadounidenses, tan conectadas a los poderes políticos de ese país?
El pueblo judío tiene una historia venerable. Tenemos mucho para identificarnos, con Anna Frank, con Víctor Kemplerer, con las víctimas de los campos de concentración de Auschwitz, Gusen, Buchenwald, Mauthausen, Dachau, Belzec, Treblinka, Sobibor, con los niños del campo de Terezín, a los que Silvio Rodríguez dedicó una canción, que se llama precisamente así: ¨Terezín¨.
Santiago Álvarez hizo su defensa de los derechos del pueblo negro de Estados Unidos con la canción hebrea Hava Nagila, en su inolvidable Now. Con los luchadores del Guetto de Varsovia, que con unos pocos fusiles se enfrentaron con coraje a los tanques alemanes como mismo lo hacen los palestinos hoy.
Fueron judíos varios de los fundadores del primer Partido Comunista de Cuba, especialmente uno de los militantes más valiosos en su trabajo junto a Fidel: Fabio Grobart. Hubo cubanos de origen judío y árabe en el Movimiento 26 de Julio, en el Ejército Rebelde, en el Directorio Revolucionario, en las Milicias, en Girón, en la Crisis del Octubre, en el Escambray, luchando contra el apartheid en Angola.
La solidaridad del pueblo cubano no se equivoca. Hemos sabido estar siempre junto a las causas nobles: Con el pueblo judío y sus mejores valores, con el pueblo palestino y su causa justa. Con la Paz. Lo que Cuba no tolera es el abuso. La solidaridad con Palestina forma parte de la identidad de la Revolución Cubana.
Como lo es también la capacidad de acoger a una valiosa comunidad de cubanos que preservan su identidad judía. Fidel visitó la sede de la Comunidad en 1998, en una de sus festividades, Raúl lo hizo en 2010, y Miguel Díaz-Canel en 2013.
La Cuba bloqueada seguirá esperando gestos más dignos de la dirección de la Comunidad Hebrea, como parte de la sociedad civil cubana. Ojalá que con toda la sabiduría que puedan sacar del gran legado histórico del que son herederos, dejen de estar enceguecidos de fanatismo, narrativas guerreristas, justificaciones de un abuso injustificable, y la violencia irracional, logren iluminarse, y encuentren en la Torá, como en Martí, el camino de reflexión al que llaman esas palabras de la canción Shir lashalom, Canción por la Paz, cuya letra llevaba escrita en su bolsillo Isaac Rabin, primer ministro israelí, héroe de guerra convertido en defensor de la paz con los palestinos, cuando fue asesinado por un fanático sionista: “Nadie nos sacará de un pozo oscuro y sin fondo, aquí ni la alegría de la victoria ni las canciones de alabanza servirán.”