El primer ministro de Reino Unido, Rishi Sunak, ha anunciado que su Gobierno ilegalizará la tenencia de perros de la raza American Bully XL, un tipo de pitbull de gran tamaño.
La medida fue tomada después de una serie de ataques contra personas que generaron un debate en torno al control que se puede llegar a ejercer sobre ciertos tipos de animales.
“El perro American Bully XL es un peligro para nuestra comunidad, especialmente para los niños”, ha explicado Sunak, argumentando que no se trata sólo de “un puñado de perros mal entrenados” y que es necesario tomar medidas de forma “urgente”.
El XL es el más grande de los cuatro tipos de American Bully: estándar, de bolsillo, clásico y XL. Se cree que los American Bullies se originaron en Estados Unidos a finales de la década de 1980, cuando se cruzaron los American Pit Bull Terriers y los American Staffordshire Terriers.
Posteriormente, se han cruzado con otras razas para crear un perro aún más musculoso. Algunos ejemplares adultos pueden llegar a pesar hasta 60 kilos.
El gobierno dijo que ordenó una investigación para que la raza detrás de los recientes ataques pueda ser prohibida legalmente bajo la Ley de Perros Peligrosos, que se aplica en Inglaterra, Gales y Escocia.
Sin embargo, el United Kennel Club de Estados Unidos alega que un American Bully “es un excelente perro de familia” con un comportamiento “gentil y amigable”, “a pesar de su apariencia poderosa”.
Agrega que “algún nivel de agresión canina es característico de esta raza”, pero también señala que “el comportamiento agresivo hacia los humanos no es característico”.
El grupo de Reino Unido Bully Watch, que alerta sobre los ataques y que aboga por prohibir a estos perros, manifiesta que la raza solo apareció en el país “alrededor de 2014 o 2015”, y su número creció rápidamente durante la pandemia de coronavirus.
Un caso que llamó la atención de las autoridades, fue el de una niña de 11 años atacada en Birmingham. Dos hombres que intervinieron también fueron atendidos en el hospital tras ser mordidos por el animal. Un video del ataque, ocurrido en una gasolinera, se hizo viral en las redes.
El contenido provocó declaraciones de la Ministra del Interior, Suella Braverman, pronunciándose por la prohibición: “Esto es espantoso. El American Bully XL es un peligro claro y letal para nuestras comunidades, especialmente para los niños. No podemos seguir así. He encargado consejos urgentes para prohibirlos”.
Un portavoz de DEFRA (Departamento de Medio Ambiente, Alimentación y Asuntos Rurales) agregó: “Nos tomamos muy en serio los ataques de perros y el comportamiento antisocial, y nos aseguramos de que se aplique todo el peso de la ley. Esto puede variar desde avisos de protección comunitaria de nivel inferior, que exigen que los dueños de perros tomen las medidas adecuadas para abordar el comportamiento, hasta delitos más graves en virtud de la Ley de Perros Peligrosos, donde las personas pueden ser encarceladas por hasta 14 años, descalificadas para ser propietarias, o dar lugar a la eutanasia de perros peligrosos”.
Una anciana de 65 años murió después de intentar interrumpir una pelea entre dos de estos perros en su casa. En 2022 una niña de 17 meses murió en su casa por un ataque del perro una semana después de que su familia lo comprara.
Los menores de edad son víctimas frecuentes de los ataques en situaciones en las que pasan corriendo cerca del animal, lo que despierta su instinto de caza y agresividad.
En 2021, un niño de 10 años murió a causa de graves lesiones en el cuello y la cabeza después de ser atacado por un perro en Gales. Su madre pidió públicamente que se prohíba este tipo de perros.
Perros prohibidos
Los American Bully XL son ilegales en Turquía y Emiratos Árabes Unidos.
La raza también está restringida en algunos países, incluida la República de Irlanda, donde cualquier American Bully debe llevar bozal y una correa cuando esté en público.
Bajo la Ley de Perros Peligrosos de Reino Unido, que prohíbe cualquier perro que esté “peligrosamente fuera de control”, están reguladas otras cuatro razas caninas: el Pit Bull Terrier, el Tosa Inu japonés, el Dogo Argentino, y el Fila Brasileiro
La prohibición supone que la policía local puede retirar la posesión de un perro incluso cuando no haya habido quejas ni haya actuado peligrosamente. Su propietario se enfrenta a una multa y a hasta seis meses en prisión. Además, el perro puede ser sacrificado.