Colombia vive hoy una «situación alarmante», las cifras de confirmación de muertos y heridos pueden aumentar. A las declaraciones de la ONU se suma la labor de documentación realizada por un equipo de investigadores de Human Rights Watch sobre casos de abuso policial y violencia durante las protestas.
Las protestas comenzaron a raíz del rechazo a la reforma tributaria que finalmente, después de las protestas, el gobierno ha retirado. El 28 de abril iniciaron las manifestaciones, se insistió mucho para el retiro de la reforma, pero hasta el pasado sábado no se hizo. Según refiere Rusia Today, hasta el momento se han efectuado mil 143 casos de violencia policial.
Manifestantes colombianos declaran como «la situación está tan descontrolada que gente que ni siquiera está protestando ha caído en esta situación inaceptable y violenta».

El malestar por la reforma tributaria fue “la gota que derramó el vaso”. Colombia atraviesa días muy complicados, más de 20 millones de habitantes permanecen en la pobreza y «la situación de desigualdad también es violenta».
Con todo el panorama de la pandemia de la COVID-19 no se han brindado las garantías suficientes de salud pública; la situación epidemiológica acrecienta todos los malestares desde el dos mil 19.

Asimismo, a la polarización en el país y la estigmatización de una parte de la sociedad hacia los manifestantes, «avalando esta violencia y exigiendo mano dura», se le suma los asesinatos de líderes sociales.
El territorio colombiano se torna desigual, muy rico en recursos naturales, pero la corrupción de los gobernantes, el mal manejo de los recursos y la explotación provocan la existencia de muchas regiones abandonadas y consumidas en la pobreza.