Archiconocida es la solidaridad entre cubanos, convertida hasta tal punto en rutina que suele pasar desapercibida. Azúcar, arroz, medicamentos, son productos de primera necesidad que muchas veces encontramos en casa de vecinos como un préstamo o un regalo.

Con el auge de las redes sociales en Cuba y la creciente crisis económica recrudecida por el coronavirus, el mundo digital se presenta como la plataforma oportuna para continuar realizando acciones generosas, pero con un radio de alcance mayor.

“Tengo dipirona en Diez de Octubre” o “Tengo viandas en mi finca” son ejemplo de post que circulan en grupos de Facebook y Telegram, donde miles de usuarios de todo el país intercambian y se ayudan mutuamente.

La parte oscura

Por otra parte, varios de estos grupos se utilizan como catapulta para la comercialización de mercancías y servicios a precios elevados, acciones que son demandadas por sus propios miembros.   

Un matiz más crudo toman los hechos cuando en varios de estos post se comercializan medicamentos, acción donde subyacen otras actividades ilegales como el acaparamiento de productos en las farmacias o el robo de suministros en instituciones de salud pública.  

Muchas personas comercian ilegalmente medicamentos aprovechándose de su carencia, a lo que se suma los altos costos en dólares, una moneda que no circula en Cuba.  
Foto: Captura a anuncio en Revolico

Ante tales acciones los cibernautas también demandan que el gobierno genere nuevas iniciativas donde se sancione a aquellos que intentan lucrar con la necesidad ajena en las redes sociales, pues la venta particular de medicinas es una práctica penada por la ley en la Cuba.

Mientras, las estadísticas en las redes sociales exponen que el altruismo y la solidaridad entre cubanos continuará ganando espacio en las plataformas digitales.

Encuesta realizada recientemente en uno de los grupos que promueven la solidaridad en Facebook.
Foto: Captura de pantalla al grupo

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