
Por Arlette Vasallo
El 24 de febrero de 2022 inició la llamada Operación Militar Especial de Rusia a Ucrania. La escalada final de un conflicto que venía anunciando, desde hace muchos años, que no iba a tener un mejor desenlace. La incursión militar era justificada por el presidente ruso, Vladimir Putin, en aras de proteger a los habitantes de la región del Donbass, territorio fuertemente agredido por el gobierno nacionalista de Kiev.
Ucrania era la tierra corazón o el corazón continental debido a su posición geográfica en el centro de Eurasia, según el geopolítico británico Halford Mackinder. Sin embargo, este territorio no se puede ver como un constructo monolítico. Su superficie está habitada por diferentes grupos étnicos con diferentes expresiones culturales, religiosas y políticas.
En Ucrania existen dos civilizaciones. A lo largo de ocho siglos, aproximadamente, la forma de pensar, el carácter, la influencia histórica y el desarrollo político de la zona han ido moldeando a los habitantes de las regiones más occidentales de forma diferente al del resto de Ucrania, dándoles incluso una religión diferente, lo que es uno de los caracteres diferenciadores más importantes entre ambas civilizaciones.
Desaparición del estado medieval Kievan rus
Con la desaparición del proto-estado de Kievan Rus que tenía su capital donde está hoy actualmente Kiev, la capital de Ucrania en el siglo XII se crearon otros quince estados entre ellos estaban Vladimir Suzdal, origen de Rusia, y Galitzia Volynia, origen de Ucrania. Ambos territorios se situaban en los extremos más alejados de Kievan Rus, por lo que tras la desaparición de ese proto-estado recibieron influencias diferentes, lo que determinó la formación de sus etnias, sistemas políticos y económicos. Mantuvieron en común la religión, el cristianismo, fe a la que se había convertido el dirigente de Kievan Rus, Vladimir el Grande en el año 988.
Invasión mongola en el siglo XIII
Los mongoles ejercieron fuertes influencias en la política de Vladimir Suzdal, en la sociedad, la cultura y en las costumbres, ya que sus autoridades colaboraron con los invasores porque oponerse hubiera significado la destrucción total. En cambio, en Galitzia-Volynia la invasión mongola no fue tan efectiva porque encontraron gran resistencia y porque la lejanía geográfica impidió a los bárbaros presionar de la misma manera que lo hicieron sobre el territorio de Vladimir Suzdal.
Estos hechos propiciaron que Galitzia y Vladimir Suzdal tuvieran relaciones culturales, económicas y políticas con vecinos muy diferentes. Galitzia pasó a formar parte de la civilización de Europa del Este occidental, que incluyó Bohemia, Hungría y Polonia e incluso Austria, mientras que Vladimir Suzdal se integró en un ambiente económico y político con las tribus mongolas y las de origen finés-úgrico como vecinas.
Tratado de Lublin
Sin embargo, el hecho decisivo para que una parte de los habitantes de Galitzia Volynia, el origen de Ucrania, comenzara a entrar de forma definitiva en la civilización occidental y otra parte en la eslavo-ortodoxa de Vladimir Suzdal, el origen de Rusia, fue la invasión del territorio de Galitzia Volynia por Polonia y Lituania en 1340. En un principio ambos respetaron las costumbres y cultura de Galitzia Volynia, hasta que en 1569 se firmó el Tratado de Lublin por el que Polonia pasó a dominar todo el territorio.
El Estado Hetmanate
Los campesinos de Galitzia Volynia, a diferencia de los nobles, no aceptaron la dominación de la nobleza polaca. Ante este escenario muchos huyeron de su territorio y se instalaron en el sur de Ucrania, donde fundaron el Sich de Zaporizia. Fue el triunfo de los cosacos. Una rebelión en 1648, les llevó a fundar un Estado, el Hetmanate y a declarar su independencia respecto a Polonia, que sin embargo continuó atacando este nuevo Estado, que ante la presión no tuvo otro recurso que pedir protección a Rusia, que aceptó. Moscú y el Hetmanate firmaron en 1654 el Acuerdo de Pereiaslav, que supuso el inicio de su integración en el Imperio Zarista.
Integración al imperio zarista del Hermanate
El Imperio zarista comenzó a reducir lentamente la autonomía del Hetmanate y a integrarlo en sus estructuras sociales, políticas y económicas con cambios en la administración, la educación, en leyes y con la llegada de numerosos emigrantes procedentes de otras zonas del Imperio. Sin embargo, se permitió el mantenimiento de ciertas tradiciones a los habitantes originales del Hetmanate (Ucrania), como hablar el ucraniano.
Esta política de integración supuso que los habitantes del Hetmanate (Ucrania) interiorizasen su pertenencia al Imperio y arrinconasen sus razones para luchar por la independencia. El Hetmanate se convirtió en una provincia más del Imperio ruso.
Guerras Mundiales
Por otra parte, el territorio de Galitzia Volynia que había quedado bajo dominio polaco-lituano y más tarde bajo el imperio austrohúngaro fue invadido por el imperio zarista durante la primera Guerra Mundial. Durante la segunda Guerra Mundial, la URSS invadió la región de Galitzia y la de Bukovina del norte. Era la primera vez desde el siglo XVII que todos los territorios ucranianos estaban unidos bajo la misma entidad política. Este hecho, unos años después del conflicto bélico, supuso que por primera vez en Ucrania existieran tradiciones e ideas políticas y económicas diferentes y que apareciera dentro de la entonces república soviética,
Época soviética
Los efectos de la política soviética sobre la ideología y la conciencia nacional de las regiones anexadas tras 1945 no dieron resultados. Éstas lograron mantener su cultura, ideas políticas y económicas heredadas de su pasado en el Imperio austro-húngaro, parte de la civilización occidental, mientras que las regiones de Ucrania que pertenecieron desde el siglo XVII al Imperio ruso y después a la URSS asimilaron la cultura y las formas de gobierno de Moscú. Con la transferencia de Crimea por Moscú a la república ucraniana dentro de la URSS en el año 1950 se confirmaron definitivamente las diferencias entre las dos ucranias cuando pasaron a formar parte del mismo territorio. Grietas que los gobiernos que le sucedieron a la caída del campo socialista no supieron cerrar.